Hace unos días
entrevisté a Faustino (Las Cabezas, Sevilla, 1953). El diseñador es conocido en los alrededores de Mahón (Menorca) gracias a la tienda que dirige en Cales Fonts. Faustino sabe complementar el ajetreo del muelle con su vida naturista. La mayoría de sus amigos en la isla, cuando se les pregunta por la ropa de Faustino, responden que cuchi- cuchi -como suelen llamarle- muestra su faceta más sincera en la ropa que diseña. Sinuosidad en los cortes, holgura o naturaleza son algunos de los conceptos que podemos asociar a sus diseños. Y es que nadie pasa por alto el negocio donde Faustino vende sus prendas desde hace treinta y
ocho años.
Me gustaría que nos contases en primer lugar
qué es lo que te trajo a Menorca
Lo que
me trajo a venir a Menorca fue la libertad. Estaba en el pueblo y quería aire, y pensé en Menorca porque había un paisano que me ofreció
trabajo; entonces yo lo vi como una forma de libertad. En cuanto llegué aquí
estuve trabajando con él en un bar, en Mahón, y conocí gente que me trajo a Cales Fonts. Cuando vi el sitio pensé “este es mi lugar”, y entonces ya me
quedé. Pero yo en realidad buscaba
Ibiza, yo quería ser hippie; lo que pasa es que llegué aquí, pero ahora no me
arrepiento.
Y la tienda, ¿de dónde te surge la idea y en
qué momento la abres?
La
tienda fue una alternativa al trabajo que estaba haciendo porque yo era barman
y quería hacer algo autónomo. Mi padre es comerciante y yo conozco bien
el comercio. Entonces empecé a buscar un sitio aquí en Cales Fonts, y lo
encontré. Empecé vendiendo cosas antiguas; chatarra que encontraba por ahí, la
traía y la vendía. Así empecé a traer ropa antigua y después a hacer la
ropa yo mismo.
He comprobado que tu comercio es un
emblema de Cales Fonts. ¿Cuántos años llevas aquí?
No
llega a cuarenta, treinta y ocho; y con la tienda todos esos años menos el
primero. Soy el segundo [negocio] más antiguo que hay aquí.
Sé que vives a caballo entre distintos
lugares. Cuéntanos un poco cómo es tu vida en ese sentido y cómo te organizas
Clienta con vestido y colgante de Faustino. |
En
verano vivo aquí y en invierno vivo en Marruecos, pero de camino me quedo en
Sevilla, que es donde hago la ropa. Mientras me la están haciendo estoy en Marruecos, de manera que son tres los sitios en los que me muevo. Antes compro las telas en Barcelona, las
mando para Sevilla que es donde me confeccionan, y luego vienen para acá. El
resto del tiempo estoy en Marruecos, concretamente en Asilah, un pueblo del norte.
¿Todos los diseños que hay en la tienda son
tuyos?
Sí, sí,
claro; tengo una cuñada que es quien se encarga de desarrollarlos, pero soy yo
quien antes le explica al detalle qué es lo que tiene que hacer. Ella ya sabe cómo desarrollar cada prenda, todo.
Tu vida en Marruecos, ¿ es muy distinta a la que llevas en Menorca?
Clienta muestra a su compañero el vestido que ha decidido comprar. |
Parece que cuidas tu alimentación de manera especial. Cuéntame
por qué la consideras tan importante
Sí, lo
hago. Es muy importante. Somos lo que comemos y la comida
te sana. Actualmente soy vegano y estoy curando enfermedades que tenía
desde hace muchos años. Cuando comencé, me hacía un caldo antibiótico de ajo y cebolla y
ahora ni siquiera lo necesito porque la propia alimentación que estoy siguiendo me está sanando.
¿Crees en la medicina convencional?
No,
nada. Creo en la medicina alternativa, en los masajes, en el yoga, en los baños de agua salada...son todas ellas cosas muy importantes en mi vida. Llevo años practicándolas.