viernes, 5 de septiembre de 2014

Faustino, el diseñador que compagina naturismo y moda

Hace unos días entrevisté a Faustino (Las Cabezas, Sevilla, 1953). El diseñador es conocido en los alrededores de Mahón (Menorca) gracias a la tienda que dirige en Cales Fonts. Faustino sabe complementar el ajetreo del muelle con su vida naturista. La mayoría de sus amigos en la isla, cuando se les pregunta por la ropa de Faustino, responden que cuchi- cuchi -como suelen llamarle- muestra su faceta más sincera en la ropa que diseña. Sinuosidad en los cortes, holgura o naturaleza son algunos de los conceptos que podemos asociar a sus diseños. Y es que nadie pasa por alto el negocio donde Faustino vende sus prendas desde hace treinta y ocho años. 

Faustino aconseja a una clienta italiana, con vestido azul de su diseño


Me gustaría que nos contases en primer lugar qué es lo que te trajo a Menorca
Lo que me trajo a venir a Menorca fue la libertad. Estaba en el pueblo y quería aire, y pensé en Menorca porque había un paisano que me ofreció trabajo; entonces yo lo vi como una forma de libertad. En cuanto llegué aquí estuve trabajando con él en un bar, en Mahón, y conocí gente que me trajo a Cales Fonts. Cuando vi el sitio pensé “este es mi lugar”, y entonces ya me quedé. Pero yo en realidad  buscaba Ibiza, yo quería ser hippie; lo que pasa es que llegué aquí, pero ahora no me arrepiento.

Y la tienda, ¿de dónde te surge la idea y en qué momento la abres?
La tienda fue una alternativa al trabajo que estaba haciendo porque yo era barman y quería hacer algo autónomo. Mi padre es comerciante y yo conozco bien el comercio. Entonces empecé a buscar un sitio aquí en Cales Fonts, y lo encontré. Empecé vendiendo cosas antiguas; chatarra que  encontraba por ahí, la traía y la vendía. Así empecé a traer ropa antigua y después a hacer la ropa yo mismo.

He comprobado que tu comercio es un emblema de Cales Fonts. ¿Cuántos años llevas aquí?
No llega a cuarenta, treinta y ocho; y con la tienda todos esos años menos el primero. Soy el segundo [negocio] más antiguo que hay aquí.

Sé que vives a caballo entre distintos lugares. Cuéntanos un poco cómo es tu vida en ese sentido y cómo te organizas
Clienta con vestido y colgante de Faustino.
En verano vivo aquí y en invierno vivo en Marruecos, pero de camino me quedo en Sevilla, que es donde hago la ropa. Mientras me la están haciendo estoy en Marruecos, de manera que son tres los sitios en los que me muevo. Antes compro las telas en Barcelona, las mando para Sevilla que es donde me confeccionan, y luego vienen para acá. El resto del tiempo estoy en Marruecos, concretamente en Asilah, un pueblo del norte.

¿Todos los diseños que hay en la tienda son tuyos?
Sí, sí, claro; tengo una cuñada que es quien se encarga de desarrollarlos, pero soy yo quien antes le explica al detalle qué es lo que tiene que hacer. Ella ya sabe cómo desarrollar cada prenda, todo.

Tu vida en Marruecos, ¿ es muy distinta a la que llevas en Menorca?
Clienta muestra a su compañero el
vestido que ha decidido comprar.
Sí lo es, porque aquí todo el día estoy ocupado con la tienda y allí no tengo ocupación; lo que me ocupa allí es comer, leer, y moverme.  Ya está. Tengo tiempo para mí, cosa que aquí no tengo, ni para leer siquiera… la alimentación es una de las cosas que más tiempo me ocupa. Aquí como bien, pero allí realmente me preparo para ello. Tengo todo el día para pensar qué tengo que comer, cómo voy a cocinarlo...

Parece que cuidas tu alimentación de manera especial. Cuéntame por qué la consideras tan importante
Sí, lo hago. Es muy importante. Somos lo que comemos y la comida te sana. Actualmente soy vegano y estoy curando enfermedades que tenía desde hace muchos años.  Cuando comencé, me hacía un caldo antibiótico de ajo y cebolla y ahora ni siquiera lo necesito porque la propia alimentación que estoy siguiendo me está sanando.

¿Crees en la medicina convencional?
No, nada. Creo en la medicina alternativa, en los masajes, en el yoga, en los baños de agua salada...son todas ellas cosas muy importantes en mi vida. Llevo años practicándolas.