domingo, 18 de mayo de 2014

Reflexiones: Mama ingenuidad

Nacemos ingenuos. La vida nos va robando esa inocencia, pero somos libres de retomarla. La cara, el rol del ingenuo es un papel más que podemos interpretar si se vuelve necesario. De entre todos los humanos hay algunos a los que éste les va mejor, aunque cualquiera puede hacerlo -el teatro no pone límites a nadie, su lienzo es nuestra mente-.

La ingenuidad es un complejo papel que, con frecuencia, interpretan nuestras madres. Una de mis hermanas siempre me dice: "mama es actriz. Hemos salido a ella Carlos". Es cierto, mi madre es capaz de crear el ambiente que se requiere a través de sus palabras y actos. Así consigue la paz, la alegría, la conciliación, y, alguna vez, también el desaire -pero nunca con mala intención, es que somos muchos los que la visitamos y tiene que mantener el orden-.

Ella sabe mucho de la vida y también sabe leer entre labios y entre líneas, como toda madre experimentada. Sin embargo suele optar por mostrarse ingenua. La ingenuidad de los pinos y las amapolas, del campo de cebada verde que alegre crece sin saber dónde irá a parar... Esa es su ingenuidad. Así, la gente se divierte con ella y ella con la gente, haciéndonos sentir a todos comprendidos y arropados en ella, pues todos precisamos de un confesor que no nos juzgue...y ella lo logra a la perfección. Sin embargo no debemos ignorar que ese rol lo elige ella, por lo que es indudable que sabe más de lo que cuenta y lo guarda. ¿Por qué? supongo que para hacer de la vida algo agradable a los que la rodeamos y a los que se acercan a su camino. Es un papel que sencillamente borda. En este mes de las madres yo quiero darle las gracias a mama  por enseñarme la dicha que guarda la ingenuidad, la ingenuidad que guarda la dicha.

Me gustan los padres y las madres que enseñan a sus hijos a interpretar este papel sin temer nada, pues podemos levantarnos tras cualquier obstáculo como si nada hubiese pasado, para volver a jugar en la arena, aunque sea en cuclillas esta vez para no ensuciarnos. A mama ingenuidad, a las madres, gracias.


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