miércoles, 12 de marzo de 2014

Reflexiones: Está naciendo un mundo nuevo


El título de esta opinión viene de la letra de una canción. Está naciendo un mundo nuevo. ¿Alguien no lo ve? En éste, caminar será la actividad primera, la que nos lleve a cualquier lugar. Y habrá que caminar en distintas direcciones cual antiguo mercader. Hay tantos caminos posibles que se pueden caminar momentáneamente que, ¿por qué elegir uno anticipadamente? Somos una generación hija del miedo a lo desorganizado, a lo pobre, a lo caótico. Y ahora nos encontramos con las ruinas de lo organizado, de lo rico y de lo ordenado de frente; hundidos en ellas, y nos decimos "pues no es para tanto". También somos una generación sobreeducada que a los veinticinco años puede tener un puñado de amigos en medio globo y varios títulos universitarios y con ello no saber absolutamente nada o quizá saberlo absolutamente todo. Podemos elegir mañana mismo la segunda opción. ¿Cómo? Uniéndonos todos para hacer algo con esa interconexión global. Pero "¿el qué?" nos preguntamos con frecuencia.

Mi esencia me responde que hagamos un poquito de música, un poquito de cine, un poquito de trabajo intelectual e incluso industrial. Y con todo eso, ¿qué sale? Pues pienso que algo nuevo podremos contar, a algún sitio diferente llegaremos.

Generaciones atrás hubiésemos sido adultos hechos y derechos a esta edad; con los problemas derivados de una vida prefijada y marcada ¿nuestro reto en cambio? crear una nueva vida. Y muchos de mis amigos tienen miedo, y yo mismo... pero tenemos miedo, ¿a qué y por qué? lo que llega no es una nueva era que nos está esperando. Es una nueva era que nosotros construiremos a través de nuestras mentes y nuestras manos conectadas.

Y para construir esa era quizá haya que probar -y vuelvo al comienzo- todos los caminos posibles. Aquellos que otros marcaron hace años y que se fueron borrando con el paso del tiempo y ahora toca redescubrir, esos otros fríos y artificiales que se impusieron como lluvia caída de una nube oscura o de un dios castigador pero que si recorremos bien tal vez comprobemos que algo de calor o enseñanza encierran, y por último estos otros nuevos, creados por nosotros mismos. Olvidemos la norma de la edad y de lo que debería ser. Por primera vez nosotros inventaremos nuestros propios deberías. La edad, y lo digo con la mayor certitud que encuentro (y hasta esa palabreja es novedosa para mí), está aquí pero ya no es la misma ni significa nada, ni por fuera  ni por dentro. Ya no... pues las metáforas que han estado ahí durante siglos han caído para siempre.  No simbolizan lo mismo que simbolizaron.

Son todas esas cosas que no se esperan de nosotros, que "no deberían ser" las que cambiarán el mundo, todas esas cosas que ya los buenos estamos intentando hacer y vamos a seguir haciendo. Pero "¿qué cosas son esas?" os preguntaréis. Qué va a ser, pues la solidaridad, la música, la escucha del otro, la comprensión, la colaboración, la risa honesta. ¿Y qué otras cosas deberíamos dejar de hacer? La esclavitud al dinero, los antidepresivos, el estrés, quizá la ciudad sin aire puro y sin bicicletas. Un comienzo para conectar todo esto: el intercambio. El trueque es un ideal que salvará el mundo. Estamos más que preparados todos, dicen por ahí, para hacer de todo, y por eso podemos intercambiarlo todo. Realizar esa actividad conocida como compartir e intercambiar que le es tan reconfortante al ser humano -ya lo dice el libro de las caras: share it!- pero traspasando -a la vez que acabando de completar- el mundo de la virtualidad y superando el de la superficialidad infructífera (la otra creo que es buena y necesaria y muy divertida). Pero no se trata de un simple trueque material, ni siquiera del trueque encubierto que todos realizamos al acudir a un bar para dar la chapa a un amigo o al camarero sexy; va más allá. Es algo animal, sexual y espiritual. Se trata de reconocer que somos sólo trueque.

MUERDO (un mundo nuevo): http://www.youtube.com/watch?v=wlseqCaCc4A

No hay comentarios:

Publicar un comentario